A diferencia de otros Papas, Francisco confesó su deseo de ser enterrado en la Basílica de Santa María de la Mayor y no en las criptas del Vaticano como otros Sumos Pontífices, para poder estar cerca de su imagen preferida de la Virgen.
Francisco, que cumple 87 años el domingo, también dijo que nunca pensó en renunciar este año pese a una serie de problemas de salud. Añadió que tiene un viaje confirmado a Bélgica el próximo año y estudia visitar Polinesia y su Argentina natal.
”Es verdad que los viajes ahora están repensados todos”, comentó el papa a N+, de la cadena mexicana Televisa. “Pueden ser más lejos, pero están repensados”.
Fue la primera entrevista de Francisco desde que superó una bronquitis aguda que le obligó a cancelar un viaje este mes a Dubái para participar en la conferencia climática de Naciones Unidas.
Francisco, al que se le extirpó parte de un pulmón en su juventud, parecía en buena forma y dijo que ya estaba recuperado y se encontraba bien. Aunque el puesto de Papa es vitalicio, Francisco confirmó de nuevo la posibilidad de una renuncia y dijo que tiene que prepararse para cualquier posibilidad. “Pido al señor decir basta, en algún momento, pero cuando él quiera”, dijo.
Francisco ya ha dicho que si se retira, como hizo el Papa Benedicto XVI en 2013, querría vivir fuera del Vaticano, en una residencia para sacerdotes retirados en Roma. Ha recalcado desde hace tiempo su papel como obispo de Roma y siente una devoción especial por un icono de la Virgen María expuesta en la Basílica de Santa María la Mayor, cerca de la principal estación de tren de Roma.
En las últimas horas el papa Francisco reveló que analiza viajar a Ucrania, a más de un mes del inicio de la invasión rusa. Durante el vuelo que lo llevaba a Malta este sábado, el máximo cardenal fue consultado sobre si estaba tomando en consideración la invitación para ir a Kiev, a lo que respondió: “Sí, está sobre la mesa” .
Tanto el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, como el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, lo han invitado para mostrar su proximidad a la población local por una guerra que el propio pontífice ha criticado en numerosas oportunidades.
Vale recordar que Francisco y Zelensky hablaron por teléfono el pasado 22 de marzo, cuando el mandatario ucraniano aseguró al pontífice que “es el invitado más esperando en el país”, mientras que el Papa le dijo que está “rezando y haciendo todo lo posible para poner fin a la guerra, provocada tras la invasión de Rusia”.
Anteriormente, Klitschko envió una carta al Papa para invitarlo a visitar la ciudad: “Creemos que la presencia de los líderes religiosos del mundo en Kiev es clave para salvar vidas y allanar el camino hacia la paz en nuestra ciudad, en nuestro país, y en todos los lugares”, escribió entonces el alcalde.
El Vaticano confirmó la llegada de la misiva y agregó que Francisco “era cercano a los sufrimientos de la ciudad, a su gente, a quienes tuvieron que escapar y quienes están llamados a administrarla”.
La Cancillería argentina saludó al papa Francisco por el noveno aniversario de su pontificado y destacó que su “llamamiento por la paz es un compromiso irrenunciable”.
“La Argentina saluda fraternalmente al papa Francisco a nueve años del inicio de su pontificado”, publicó el Ministerio de Relaciones Exteriores en sus redes sociales junto a un video de repaso de los hitos del sumo pontífice, con especial énfasis en el pedido de paz en Ucrania.
Jorge Bergolio realizó un llamado para que se ponga fin a la “masacre” y al “inaceptable ataque armado” en Ucrania invadida por Rusia, y aseguró que de lo contrario se reducirán las “ciudades a cementerios”.
Tras la oración dominical del Ángelus y en el día de conmemoración del noveno aniversario de su pontificado, Francisco condenó la “barbarie” de matar a civiles, incluidos niños, y suplicó: “En el nombre de Dios, les pido que detengan esta masacre”.
El papa Francisco se expresó por Twitter acerca del conflicto militar entre Rusia y Ucrania, que ya cuenta con amenazas de Vladimir Putin de invadir al país que supo pertenecer a la Unión Soviética.
“Sigo con preocupación el aumento de las tensiones que amenazan con infligir un nuevo golpe a la paz en Ucrania y cuestionan la seguridad en el continente europeo. Por esto propongo que el próximo miércoles 26 de enero sea una jornada de oración por la paz”, fue el mensaje publicado por Francisco, quien es el papa de la Iglesia desde el 2013.
Se calcula que Rusia acumuló a unos 100 mil soldados a lo largo de la frontera que comparte con Ucrania en los últimos meses, mientras que Estados Unidos no se quedó al margen: el presidente Joe Biden expresó que cree que Rusia invadirá Ucrania y advirtió a Putin de que “se arrepentirá de haberlo hecho”.
Además, Estados Unidos ya envió armamento a Ucrania, al que la Embajada en Kiev definió como “armas letales, incluidas municiones para los defensores de Ucrania en el frente”. “Esto demuestra el firme compromiso de Estados Unidos con el derecho soberano de Ucrania a la autodefensa”, continuó el mensaje emitido por dicha entidad.
El papa Francisco brindó la primera audiencia general del año en la sala Pablo VI donde elogió la paternidad y la adopción, y lamentó que “reemplacen” a los hijos con mascotas: “Eso es una forma de egoísmo”.
El Pontífice afirmó que “nuestra civilización es un poco huérfana”. “El otro día hablé del invierno demográfico que hay hoy en día. Muchas parejas no tienen hijos porque no quieren, o tienen solo uno, pero sí que tienen dos perros y dos gatos”, agregó.
“Sí…, los perros y los gatos ocupan el lugar de los hijos”, dijo, y arrancó algunas risas entre los participantes de la audiencia. “Hace reír, pero pasa de verdad”.
Según Francisco, “esta negación de la maternidad y la paternidad nos disminuye, nos quita humanidad, y nuestra civilización se vuelve vieja y sin humanidad, pues se pierde la riqueza de la paternidad y la maternidad. ‘¿Quién pagará los impuestos de mi jubilación cuando no haya hijos?’, me decía uno bromeando el otro día”.
El papa Francisco, de 84 años, fue operado de una estenosis diverticular en el colon en un centro asistencial de Roma y de acuerdo al primer parte médico “reaccionó bien a la intervención”.
El Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Felipe Solá, escribió en su cuenta de Twitter que Jorge Bergoglio había salido bien de la operación, de acuerdo a información brindada por la embajadora argentina en la Santa Sede, María Fernanda Silva.
Antes de la internación, Francisco encabezó sin problemas el tradicional Ángelus desde el Palacio Apostólico y anunció su viaje de septiembre a Budapest y cuatro ciudades de Eslovaquia.
Uno solo es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos (Mt 23,8).
La relación de confianza, fundamento del cuidado del enfermo.
Queridos hermanos y hermanas:
La celebración de la 29.a Jornada Mundial del Enfermo, que tendrá lugar el 11 de febrero de 2021, memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes, es un momento propicio para brindar una atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas, tanto en los lugares destinados a su asistencia como en el seno de las familias y las comunidades. Pienso, en particular, en quienes sufren en todo el mundo los efectos de la pandemia del coronavirus. A todos, especialmente a los más pobres y marginados, les expreso mi cercanía espiritual, al mismo tiempo que les aseguro la solicitud y el afecto de la Iglesia.
1. El tema de esta Jornada se inspira en el pasaje evangélico en el que Jesús critica la hipocresía de quienes dicen, pero no hacen (cf. Mt 23,1-12). Cuando la fe se limita a ejercicios verbales estériles, sin involucrarse en la historia y las necesidades del prójimo, la coherencia entre el credo profesado y la vida real se debilita. El riesgo es grave; por este motivo, Jesús usa expresiones fuertes, para advertirnos del peligro de caer en la idolatría de nosotros mismos, y afirma: «Uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos» (v. 8).
La crítica que Jesús dirige a quienes «dicen, pero no hacen» (v. 3) es beneficiosa, siempre y para todos, porque nadie es inmune al mal de la hipocresía, un mal muy grave, cuyo efecto es impedirnos florecer como hijos del único Padre, llamados a vivir una fraternidad universal.
Ante la condición de necesidad de un hermano o una hermana, Jesús nos muestra un modelo de comportamiento totalmente opuesto a la hipocresía. Propone detenerse, escuchar, establecer una relación directa y personal con el otro, sentir empatía y conmoción por él o por ella, dejarse involucrar en su sufrimiento hasta llegar a hacerse cargo de él por medio del servicio (cf. Lc 10,30-35).
2. La experiencia de la enfermedad hace que sintamos nuestra propia vulnerabilidad y, al mismo tiempo, la necesidad innata del otro. Nuestra condición de criaturas se vuelve aún más nítida y experimentamos de modo evidente nuestra dependencia de Dios. Efectivamente, cuando estamos enfermos, la incertidumbre, el temor y a veces la consternación, se apoderan de la mente y del corazón; nos encontramos en una situación de impotencia, porque nuestra salud no depende de nuestras capacidades o de que nos “angustiemos” (cf. Mt 6,27).
La enfermedad impone una pregunta por el sentido, que en la fe se dirige a Dios; una pregunta que busca un nuevo significado y una nueva dirección para la existencia, y que a veces puede ser que no encuentre una respuesta inmediata. Nuestros mismos amigos y familiares no siempre pueden ayudarnos en esta búsqueda trabajosa.
A este respecto, la figura bíblica de Job es emblemática. Su mujer y sus amigos no son capaces de acompañarlo en su desventura, es más, lo acusan aumentando en él la soledad y el desconcierto. Job cae en un estado de abandono e incomprensión. Pero precisamente por medio de esta extrema fragilidad, rechazando toda hipocresía y eligiendo el camino de la sinceridad con Dios y con los demás, hace llegar su grito insistente a Dios, que al final responde, abriéndole un nuevo horizonte. Le confirma que su sufrimiento no es una condena o un castigo, tampoco es un estado de lejanía de Dios o un signo de su indiferencia. Así, del corazón herido y sanado de Job, brota esa conmovida declaración al Señor, que resuena con energía: «Te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos» (42,5).
La enfermedad
3. La enfermedad siempre tiene un rostro, incluso más de uno: tiene el rostro de cada enfermo y enferma, también de quienes se sienten ignorados, excluidos, víctimas de injusticias sociales que niegan sus derechos fundamentales (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 22). La pandemia actual ha sacado a la luz numerosas insuficiencias de los sistemas sanitarios y carencias en la atención de las personas enfermas. Los ancianos, los más débiles y vulnerables no siempre tienen garantizado el acceso a los tratamientos, y no siempre es de manera equitativa. Esto depende de las decisiones políticas, del modo de administrar los recursos y del compromiso de quienes ocupan cargos de responsabilidad. Invertir recursos en el cuidado y la atención a las personas enfermas es una prioridad vinculada a un principio: la salud es un bien común primario. Al mismo tiempo, la pandemia ha puesto también de relieve la entrega y la generosidad de agentes sanitarios, voluntarios, trabajadores y trabajadoras, sacerdotes, religiosos y religiosas que, con profesionalidad, abnegación, sentido de responsabilidad y amor al prójimo han ayudado, cuidado, consolado y servido a tantos enfermos y a sus familiares. Una multitud silenciosa de hombres y mujeres que han decidido mirar esos rostros, haciéndose cargo de las heridas de los pacientes, que sentían prójimos por el hecho de pertenecer a la misma familia humana.
La cercanía, de hecho, es un bálsamo muy valioso, que brinda apoyo y consuelo a quien sufre en la enfermedad. Como cristianos, vivimos la projimidad como expresión del amor de Jesucristo, el buen Samaritano, que con compasión se ha hecho cercano a todo ser humano, herido por el pecado. Unidos a Él por la acción del Espíritu Santo, estamos llamados a ser misericordiosos como el Padre y a amar, en particular, a los hermanos enfermos, débiles y que sufren (cf. Jn 13,34-35). Y vivimos esta cercanía, no sólo de manera personal, sino también de forma comunitaria: en efecto, el amor fraterno en Cristo genera una comunidad capaz de sanar, que no abandona a nadie, que incluye y acoge sobre todo a los más frágiles.
A este respecto, deseo recordar la importancia de la solidaridad fraterna, que se expresa de modo concreto en el servicio y que puede asumir formas muy diferentes, todas orientadas a sostener al prójimo. «Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo» (Homilía en La Habana, 20 septiembre 2015). En este compromiso cada uno es capaz de «dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles. […] El servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la “padece” y busca la promoción del hermano. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a personas» (ibíd.).
Buena terapia
4. Para que haya una buena terapia, es decisivo el aspecto relacional, mediante el que se puede adoptar un enfoque holístico hacia la persona enferma. Dar valor a este aspecto también ayuda a los médicos, los enfermeros, los profesionales y los voluntarios a hacerse cargo de aquellos que sufren para acompañarles en un camino de curación, gracias a una relación interpersonal de confianza (cf. Nueva Carta de los agentes sanitarios [2016], 4). Se trata, por lo tanto, de establecer un pacto entre los necesitados de cuidados y quienes los cuidan; un pacto basado en la confianza y el respeto mutuos, en la sinceridad, en la disponibilidad, para superar toda barrera defensiva, poner en el centro la dignidad del enfermo, tutelar la profesionalidad de los agentes sanitarios y mantener una buena relación con las familias de los pacientes.
Precisamente esta relación con la persona enferma encuentra una fuente inagotable de motivación y de fuerza en la caridad de Cristo, como demuestra el testimonio milenario de hombres y mujeres que se han santificado sirviendo a los enfermos. En efecto, del misterio de la muerte y resurrección de Cristo brota el amor que puede dar un sentido pleno tanto a la condición del paciente como a la de quien cuida de él. El Evangelio lo testimonia muchas veces, mostrando que las curaciones que hacía Jesús nunca son gestos mágicos, sino que siempre son fruto de un encuentro, de una relación interpersonal, en la que al don de Dios que ofrece Jesús le corresponde la fe de quien lo acoge, como resume la palabra que Jesús repite a menudo: “Tu fe te ha salvado”.
5. Queridos hermanos y hermanas: El mandamiento del amor, que Jesús dejó a sus discípulos, también encuentra una realización concreta en la relación con los enfermos. Una sociedad es tanto más humana cuanto más sabe cuidar a sus miembros frágiles y que más sufren, y sabe hacerlo con eficiencia animada por el amor fraterno. Caminemos hacia esta meta, procurando que nadie se quede solo, que nadie se sienta excluido ni abandonado.
Le encomiendo a María, Madre de misericordia y Salud de los enfermos, todas las personas enfermas, los agentes sanitarios y quienes se prodigan al lado de los que sufren. Que Ella, desde la Gruta de Lourdes y desde los innumerables santuarios que se le han dedicado en todo el mundo, sostenga nuestra fe y nuestra esperanza, y nos ayude a cuidarnos unos a otros con amor fraterno. A todos y cada uno les imparto de corazón mi bendición.
Francisco
***********************************************************************************************************************
También puede interesarte: