Mariángeles Garay: «No puedo creer que el sufrimiento de unos, los haga felices a otros»

Si bien no logran estar en paz y la pasan en «guardia» ya sea por el «festejo» de un campeonato o por un cumpleaños de 15, es durante el mes de diciembre cuando más se incrementan los ruidos por estruendos y que, sin lugar a dudas, los más perjudicados y desprotegidos son los niños, adultos y animales; además de provocar importantes daños al medioambiente. En este caso, un tema que (de manera muy triste) se repite año tras año, y que afecta a personas con distintos grados de autismo. «No puedo creer que el sufrimiento de unos, los haga felices a otros. Los sonidos fuertes dañan la audición y la pirotecnia se transforma en una tortura. Cuando se aproximan las fiestas, es como que ya sabés que es lo que se viene», confesó Mariangeles Garay, madre de dos niños que padecen esta patología.

Entre las personas que más sienten los ruidos están las que tienen autismo y síndrome de asperger. Implica sensación de miedo, terror, pánico debido a que poseen una alta sensibilidad auditiva. Las personas con autismo que no son verbales no pueden expresar qué es lo que sienten. Hay algunos chicos que se tapan los oídos, entran en crisis de llanto, existiendo una minoría que trata de autolesionarse debido a estos sonidos tan potentes. Mariángeles Garay tiene dos hijos con autismo; uno de 13 y otro de 9. El mayor de ellos, leve y el más pequeño, severo. «Depende de los recursos que tenga cada niño. En mi familia son dos casos distintos», apuntó.

Mediante las terapias con profesionales ya pueden contar qué les ocurre ante un estruendo. Sienten hasta miedo cuando hay truenos que es muchísimo menos intenso que la pirotecnia. Hay cada vez más chicos con diagnósticos de autismo; «son muchos los que la pasan mal». «Para las fiestas siempre estamos acompañados por la familia. La idea es que todos disfrutemos y le demos el verdadero significado a la Nochebuena y Navidad», dijo Mariángeles con admirable fortaleza.

Etiquetas: , , ,