La gran disminución de operaciones inmobiliarias no se puede negar y muchos hablan de un desplome de la actividad. Termina de cerrar un poco este pensamiento con los números dados a conocer por el Colegio de Escribanos de la Provincia de Bs.As.. Sólo 407 casas se vendieron en mayo en el ámbito bonaerense. El mercado inmobiliario, que ya venía con casi dos años de ventas en caída, tuvo en los meses de la pandemia sus números más bajos en la historia y un derrumbre nunca antes registrado.
«A pesar de que se había paralizado el rubro hace más de un mes, el 16 de junio se reactivó lo que fue el proceso que implica pedir certificados de escrituraciones. Además, estaba parado Catástro y Agrimensores que hacía que no se llevara a cabo la escritura sacando las operaciones que quedaron en el medio de la pandemia, renegociándose valores y demás», comentó Luciano Diflavio.
Han quedado sin efecto varias operaciones producto de no ceder alguna de las partes o amoldarse a la actual situación. Pero también se han concretado otras, producto quizá de mucha gente tratando de ubicar dinero, desconfiando del banco, pensando qué va a ocurrir. Personas que aprovecharon y salieron a hacer ofertas. «La gente que necesita vender realmente, las escucha. Otros, deciden esperar. Se está hablando que, en ciudades por este doblez del dolar, han bajado el precio de las propiedades», argumentó el martillero público.
Cuando se dan momentos de escasez, aparecen las permutas. Se vende un inmueble de dimensiones importantes y se toma como parte de pago, uno de menor valor. «Hace un tiempo que se venían aceptando propiedades más baratas. Con respecto a las escrituraciones, se hacen negocios inmobiliarios y hasta que no se terminan o se da una parte financiada no queda registrado como venta. O hasta que no se salda el total de la deuda. También si existe una permuta y hay cuotas. El propietario se está amoldando a la actualidad si es que necesita vender», detalló Luciano Diflavio.
«La situación es paupérrima».
Con tales conceptos definió el martillero Claudio Roggero, la etapa que atraviesa el mercado.
“Nos encontramos en un problema bastante serio. En Junín, los propietarios de los inmuebles no son grandes hacendados.”
El trabajo de las inmobiliarias es intenso. “Hemos logrado, sobre todo en los que no han podido abrir – salones, agencias de turismo-, con situaciones desastrosas,una salida».
Se da la posibilidad que «propietarios contemplen y hayan llegado a un acuerdo a partir del mes de abril”.
Que además incluye los meses de mayo y lo que va de junio. Oblar un porcentaje menor de los alquileres.
Más aún, “en algunos casos lo han permitido a futuro para que no desarmen las estructuras de los locales o hasta a dejar sin trabajo a la gente”.
En síntesis, se concretaron buenos acuerdos en la mayoría de los casos.
“Con voluntad de las dos partes aunque cada caso es diferente. Las posibilidades de pago no son las mismas”.
Se han llegado a convenir que los inquilinos paguen el 50 %, sin ajustarse al Decreto”.
En lo que respecta al tema viviendas, “hay alguna mora que ronda el 15 %”.
Se repite la actitud de los propietarios que por lo general lograron sumar un departamentito para cobrar algo más que una jubilación.
“A nadie le sobra nada pero ante lo extremo, la solución es sentarse y acordar para que se sufra lo menos posible”.
De cara al futuro, “al no saber cuándo termina esto, lo que más se siente es incertidumbre y angustia. No se sabe cuál es el final todo va mes a mes, es muy desgastante”.
Se suma a la problemática la situación de los consorcios. “Están cobrando menos que lo normal las expensas y tienen que llevar adelante los gastos”
Poco esperanzador, Roggero considera que lo más complicado se va a dar en la primavera.” La situación se va resistiendo mes a mes”.
El martillero aclaró que en Junín, “ gracias a Dios hay bastantes actividades abiertas pero se ve la falta de ventas. Hay quienes tienen pequeños ingresos que piensan, antes de gastar porque no sabe cuándo termina esto”.
Hay mucha “incertidumbre sobre cuándo puede mejorar en algo”.