Quedó conformada una comisión interdisciplinaria de tratamiento pos Covid-19, a cargo del doctor Daniel Portero, para acompañar con profesionales a todos aquellos vecinos que, tras haber padecido la enfermedad o haber sido contacto estrecho, sufren secuelas psíquicas, físicas, sociales o pedagógicas.
Responsabilidad individual
Luego, el doctor Daniel Portero, quien presidirá la nueva Comisión, destacó que “tenemos que comenzar a reforzar el tema de la responsabilidad individual, tanto en los lugares públicos como privados. Es necesario aumentar la demanda espontánea de vacunación, con esta nueva apertura, a los fines de poder lograr un mayor porcentaje de inmunizados en nuestra comunidad. Sabemos de la importancia de la presencialidad de los chicos en las escuelas, al menos los primeros niveles. Se ha comprobado que los menores de 10 años, cursando una patología leve o asintomática, tienen pocas probabilidades de transmitir la enfermedad a adultos mayores o a sus docentes, si no están vacunados”.
La Sociedad Argentina de Pediatría elaboró un documento en octubre de 2020 que considera que el regreso de las clases presenciales es «imprescindible». El presidente de la SAP filial Junín afirmó que el daño que provoca la falta de presencialidad escolar es irreparable en niños y adolescentes.
El médico Daniel Portero dijo que «es terrible para la salud biopsicosocial. Algún tipo de deterioro va a generar, sobre todo, en chicos que justo cambian de escolaridad. Es decir, al que inicia la primaria, o la secundaria y hasta el que ingresa a la universidad. Hay experiencias de retorno a las aulas de otros países como China, Dinamarca, Singapur, Noruega, Taiwán, entre otros que comenzaron en pandemia por Covid y no les fue mal».
Es indiscutible que la escuela es fundamental para el desarrollo y bienestar de todos los chicos. No sólo para la enseñanza-aprendizaje sino también para el fortalecimiento de aspectos emocionales, sociales, nutricionales, salud y realización de la actividad física. «Con todo lo expuesto y analizado, se considera que la escuela es un sitio totalmente seguro y sus padres pueden salir a trabajar contribuyendo a la actividad económica de la comunidad», agregó.
Disparidades sociales
Con el cierre de las escuelas, en contexto de pandemia, hubo un factor que marcó de manera muy clara disparidades sociales. «Muchos adolescentes, por ejemplo, fueron no pudieron completar sus tareas por falta de conectividad o aparatos. Esto hace que los modelos de aprendizaje virtual resulten de difícil implementación dando lugar a otra brecha tecnológica entre pares».
«Muchos han tenido que dejar el colegio y meterse en lo ilegal como el trabajo informal. La posibilidad del incremento del consumo de sustancia indebidas, delitos y demás», remarcó el titular de la Sociedad Argentina de Pediatría en nuestra ciudad.
Otro grupo que se vio desfavorecido fue el de los niños con discapacidades. Sus necesidades de aprendizaje, estimulación rehabilitación y resocialización se redujeron. En base a eso, se buscaron datos. Los que no señalan que los infantes con patologías tengan más posibilidades de desarrollar un cuadro grave de coronavirus.
Datos
En Argentina, de 38 mil niños que tuvieron Covid – hasta fines de septiembre – sólo el 0,05% requirió de terapia intensiva. El resto, en una o dos semanas, estaba en condiciones de hacer vida normal. «Es necesario que las autoridades puedan asignar recursos y pensar estrategias para lograr un acceso equitativo a la educación», apuntó.
«Es acá, donde plantea la Sociedad Argentina que, quienes tienen la decisión política y autoridades escolares, deben apreciar los que les está ofreciendo una sociedad científica para poder llevar adelante la presencialidad en los colegios», puntualizó Portero.