Si bien durante todo el año se realizan trabajos de fumigación y control del barigüí, cuando empiezan a elevarse las temperaturas, se intensifican. La coordinadora de Medio Ambiente municipal recalcó que es importante la colaboración de los vecinos para tratar de estar en todos los sectores de la ciudad. Por eso, remarcó la línea gratuita 147 ante la presencia de mosquitas.
«Que haya precipitado muy poco en Junín hace que el caudal del río esté bajo. De esta forma, el insecto no se reproduce a gran escala», sostuvo Cecilia Laffaye. Están trabajando en los distintos canales, dado que, en ellos hay movimiento. «Ocurre que baja el río y los canales que están en los campos comienzan a moverse. Ahí es donde hacemos foco y controlamos esta etapa de la larva con productos biológicos. No hemos parado desde el inicio de la gestión del intendente Petrecca. Venimos teniendo buenos resultados», agregó.
«Si bien durante todo el año se trabaja en forma ardua, este es el momento donde la larvas comienzan a proliferar y aparecer en distintos sitios de oviposturas. Estamos haciendo los monitoreos en todo lo que es el Río Salado de punta a punta. O sea, desde El Carpincho hasta la Laguna de Gómez. No sólo estos sitios. También, todos los canales que tiene el Partido de Junín. El ciclo reproductivo de este insecto tiene cuatro etapas. Trabajamos en dos: en el período larvario y en el adulto», explicó.
Se realizará entre el 2 y el 7 de marzo en el horario 9 a 14 en el Complejo «Beto Mesa» bajo la consigna «Otro final es posible». Esta iniciativa es coordinada por la Subsecretaría de Medio Ambiente y el Ministerio de Justicia de la Provincia de Buenos Aires. Se busca reforzar la concientización y el compromiso de la comunidad con el Medio Ambiente. Se reciben CPU, monitores, mousse y teclados, entre otros elementos que serán destinados a una unidad penitenciara para su reciclaje.
La Coordinadora de la Subsecretaría de Medio Ambiente manifestó que desean que los vecinos se sumen a esta nueva recolección de residuos de aparatos electrónicos y eléctricos que se efectivizó desde hace tiempo. “Va a a ser la séptima campaña y siempre hemos tenido muy buenos resultados con una respuesta importante por parte de toda la comunidad. Para nosotros es un enorme orgullo”, afirmó Cecilia Laffaye.
La Cuenca del Río Salado es ideal para la proliferación y supervivencia del barigüí
Así lo sostuvo, la Coordinadora de la Subsecretaría de Medio Ambiente de la Municipalidad de Junín. «Estamos en una época en que los insectos eclosionan y, sobre todo, se nota más porque a esta altura del año estamos más al aire libre. Es un trabajo sostenido y constante que viene del año 2.015. La Cuenca del Río Salado es ideal para la proliferación y supervivencia del barigüí», afirmó Cecilia Laffaye. Durante las temporadas de primavera – verano, los ciclos se aceleran un tanto más. Las aplicaciones en el río debido a este fenómeno son más seguidas o se intensifica alguna zona para fumigar al adulto; «es una tarea que no para».
El barigüí es una plaga que llegó y se instaló hace aproximadamente 20 años. Otras ciudades, también sufren el flagelo de esta epidemia y son las que están cerca de la Cuenta del Salado. «Va fluctuando de acuerdo al monitoreo; están en algunos lugares de Junín como en algunos criaderos naturales, río, arroyos y canales. En ninguna localidad se pudo, ni se podrá erradicar pero sí controlar los criaderos que fluctúan, van moviéndose de acuerdo a las precipitaciones. El río puede estar más o menos bajo pero los canales no y hay muchos alrededor de la ciudad», sostuvo la funcionaria.
Mitos y verdades
Hay sobrados mitos sobre el barigüí pero lo cierto es que afloran por el agua. Se cría con la corriente, arribó con las inundaciones de hace 20 años desde Brasil. La idea es que esté por debajo del umbral del daño, molestia y locura que ha generado, en varias oportunidades, en los vecinos. Ahora no hay barigüí pero aparecieron mosquitos. Son insectos necesarios para la naturaleza encargados de una importante cantidad de proyectos porque polinizan, son grandes recicladores. «No se podría pensar en un mundo sin insectos; son necesarios. Aunque cuando se convierten en plaga como el barigüí, se transforman en un gran problema», expresó Cecilia Laffaye.